La madrugada del domingo 27 de octubre se produce el cambio de horario de invierno por el cual a las tres de la mañana se retrasa una hora los relojes. Aunque simplemente sean sesenta minutos este pequeño cambio tiene importantes efectos sobre nuestra salud, tantos que ya se está planteando la eliminación de este  para permanecer todo el año con el mismo horario.

En cuanto a los efectos en nuestra salud el horario de invierno es más adecuado para los seres humanos ya que nos permite un mayor control de sueño. La temperatura y la luz son factores claves para una adecuada gestión del sueño y para eso el horario de invierno es más beneficioso ya que nos incita a un ritmo más estable lo que hace que nuestro rendimiento sea más óptimo. También es un horario que hace disminuir la aparición de ciertas enfermedades como puede ser la depresión, el insomnio o las enfermedades cardiovasculares.

Este horario además sincroniza mejor con la salida del sol, con los comienzos de las jornadas de trabajo y de colegio en la mayor parte de España. Esto nos aporta un despertar más natural al coincidir con el amanecer y tener más horas de sueño. En el horario de verano sucede lo contrario se produce una mala sincronización entre la luz y las horas lo que hace que tendamos a dormir mucho menos.

De todas formas, el cambio horario siempre produce desajustes en nuestro ritmo de vida con lo que es habitual que aparezcan los primeros días episodios de irratibilidad, pérdidas de concentración y una disminución de nuestro rendimiento laboral. También es probable que podamos trastocar nuestro ritmo de sueño con la aparición del insomnio.